versión remasterizada
El grupo nació en el Pasaje Dardo Rocha… Vale aclarar que
esto no significa que sus integrantes hayan sido todos dados a luz por sus
madres en el mismísimo pasaje, que no dispone de las facilidades para tales
acontecimientos, sino que fue engendrado (sin con esto afirmar que sería un
grupo de engendros) o mejor dicho conformado (¡ni tampoco de conformistas!) en
el taller de Salsa de dicha institución, Centro Cultural de la ciudad de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, ubicada en la república federal
Argentina, país de América del Sur, que vendría a
encontrarse abajo a la izquierda en los mapas convencionales (ese que tiene la
forma de un sargento diciendo “¡stop!”; el brazo sería el Litoral), un día X del año 2005, como consecuencia de
la insistencia frenética, tal vez maníaca, incluso psicótica, de un grupo de
personas, entre los 16 y 30 años de edad, en mover sus atributos corporales al
ritmo y compás del acalorado baile de origen caribeño denominado “salsa”, para algunos (salvo para los
chef, y los golosos, en todo caso, que utilizan el término asociándolo
solamente a un elemento ya no del arte de la danza sino del arte culinario) o
bien “mambo”, para otros. Este
último término es ya más acorde para definir los comienzos del grupo, ya que
las primeras presentaciones pudieron demostrar que los bailarines realmente
tenían el mambo… en la cabeza. Sin
embargo, luego de muchas tardes de aprendizaje de la técnica y puesta en
práctica de esta danza, el mambo fue cayendo dentro de la propia anatomía de
los bailarines, para terminar asentándose finalmente en los pies, destino obligatorio
para cualquier especie de danza, baile o ritmo conocido.
El grupo inicial era verdaderamente
heterogéneo, en el sentido más heterogéneo de la palabra “heterogéneo”.
Podíamos encontrar, sin tener que esforzarnos demasiado en nuestra búsqueda, casos
de todo tipo y calibre: gente con experiencia en el mencionado baile, o bien en
otro tipo de bailes, de los más diversos (excluyendo probablemente bailarinas
de caño…); gente con talento o “swing” innato, que como se diría en la jerga popular,
“la tienen atada” (no en un sentido criminal o masoquista, claro); gente con
facilidad para aprender, o con gran disposición, dedicación y esfuerzo (los clásicos
botones…); gente que nunca había bailado, ni en el cumpleaños de quince de su
prima, y fue como quien dice a “probar suerte” o “ver que onda” (actitud
típicamente timbera); gente que apenas sabía caminar, y esto ya les demandaba un
trabajo considerable; y una gran variedad especies arbóreas, como ser cauchos,
robles, pinos, alerces, etc. Con el tiempo, el grupo se fue consolidando, si
bien muchos integrantes fueron abandonándolo por motivos diversos; y permanecieron
en él sólo aquellos que con más o menos talento realmente tenían, o bien una
gran pasión, o bien una enfermiza obstinación con los ritmos salseros.
Pero
no se reducía todo al ensayo y al entrenamiento exhaustivo de los postulantes. Como
suele suceder en todo grupo social donde hay un mayor porcentaje de gente
soltera que en pareja, los iniciados bailarines empezaron a reunirse con fines ya
no de perfeccionamiento sino más bien de distensión; comenzó entonces el
jolgorio, la jarana, el chichoneo y la dicharachería. Así pasaron reuniones,
cumpleaños, comidas, asados, viajes, recitales de bandas y conjuntos musicales
y salidas en conjunto. Las incansables noches de baile sin presiones, combinando
diferentes géneros de la danza, fueron dándole forma a un grupo de incipientes talentos
que, cuando empezaban a bailar, no podían parar, cualquiera fuese el lugar
donde se encontraran… como si fueran muñecos a cuerda y esa cuerda nunca se
agotara. Además incursionaron progresivamente en distintos ritmos, como el
cha-cha-cha, la bachata, la cumbia, la rumba, el son, el merengue, el
cachengue, etc. y, a la vez, a generar cada uno de ellos, de manera muy sutil,
un estilo propio que de a poco los iba identificando y distinguiendo entre sí cada
vez más.
Posteriormente,
y como consecuencia de esto, las simples salidas pasaron a convertirse en tardes
de shows y eventos para el público en general, con distintos fines sociales y
culturales. No obstante, estos pasos inciales no fueron nada sencillos. Y esto,
tratándose de un baile, es un punto serio a consideración. El hecho de que el
grupo fuera originado en La Plata no significa en lo más mínimo que el vil
metal brotara espontáneamente de los bolsillos de la institución, del director
o de los bailarines en sí; más bien, todo lo contrario. Sin embargo, esto no iba
a constituir una barrera en el camino del grupo, sino que lo unió aún más a fin
de conseguir los medios necesarios para promocionarse y continuar trabajando.
Vinieron rifas, sorteos, colectas, fiestas, eventos, etc. Quién sabe como lo
fueron logrando, y qué tuvieron que ceder a cambio, pero el grupo se mantuvo en
pie y siguió prosperando cada vez más.
Hasta
que llego el momento denominar a todo este fenómeno descrito anteriormente con
un nombre distintivo, que pudiera ser identificado y reconocido por los demás; un
nombre especial y particular que pudiera responder a los inagotables
interrogantes del movimiento popular, que acosaba incansablemente con preguntas
del orden de: “¿quiénes son?”; “¿de dónde son?”; “¿es un pájaro, es un avión?”,
“¿dónde y cuándo enseñan?”; “¿cuánto cobran?” (esta última pregunta
habitualmente se prestaba a malas interpretaciones); “¿qué es lo que intentan
hacer?” (generalmente no se respondía a este tipo de interrogantes); “¿este
colectivo me lleva a Gonnet?” (y bueno… siempre hay un desubicado). Luego de
muchas deliberaciones, debates, forcejeos, tirones, violencia física, psíquica
y demás, el nombre que apareció de entre las tinieblas fue el siguiente: “MAMSKI
DANCE COMPANY” (no sé para
que tanto misterio si ya lo habían leído al comienzo de la página…).
Muchas
teorías nos vienen a la mente acerca de la etimología de la palabra Mamski, a
saber:
- Denominación de alguna tribu aborigen de alguna parte del mundo, o bien, la denominación de algún aborigen para alguna parte del mundo, o algo parecido. No lo sabemos.
- Nombre de una danza rusa de origen siberiano, utilizada por los lugareños para calentar sus fríos cuerpos al ritmo de la misma, o bien para tratar de hacer que llueva, finalidad común a casi todas las danzas, o que deje de hacerlo, según la ocasión. Esto nunca pudo ser confirmado.
- Palabra utilizada por los esquimales para identificar a una mujer con glándulas mamarias prominentes. Nadie que haya viajado hacia aquellos lares ha vuelto para corroborarlo, así que nos quedaremos con la intriga.
- Compañía de fabricantes de esquíes con severo complejo de Edipo, o con gran tendencia al alcoholismo, la ebriedad y la mamúa. Parece poco posible, pero uno nunca sabe. En fin…
- Sigla que significa:
- Mandriles adiestrados muerden sólo koalas indefensos
- Mujeres asiáticas muestran sus kimonos interesantes
- Mamuts arcaicos masticaban seguramente kiwis inmaduros
- Momias antiguas mantienen su karma infinito
- ¡Mándensen a mi súper kiosco indígena!
- Nombre compuesto por las abreviaturas “Mam” derivada de la palabra “mambo”, disciplina practicada por los miembros del grupo, y “ski”, parte final del apellido del creador de esta agrupación y actual director. Según cuentan las malas lenguas, éste fue quien propuso la inspirada denominación, con la previa consulta a varios de los integrantes y logrando la autorización de los mismos. De cualquier forma, esta teoría parece aún más absurda que todas las precedentes, y sería tan verosímil como que la tierra fuera redonda, y la luna no sea una gran bola de queso.
Fernando Paduan
Comandante en jefe de Mamski Dance
Company
0 manifestaron ira, devoción o manguearon algo:
Publicar un comentario